Mejor sin pajita

Hace unas semanas te hablábamos de las pajitas y de las diferentes campañas que hay a nivel mundial para reducir o eliminar su uso y hoy te vamos a volver a hablar de ellas… pero por un buen motivo ;)

Como te contamos en la anterior entrada, en Colombia, La Ciudad Verde empezó a finales de marzo con la campaña Mejor sin pitillo, con la que que busca dar difusión a los restaurantes y cafeterías que han tomado la iniciativa de retirar las pajitas (allí pitillos) y motivar a los demás establecimientos a dejar de utilizarlos.

Allí ya son muchos los establecimientos que se han sumado a esta campaña. Calculan que un restaurante utiliza una media 45.000 pajitas al año, por lo que ya han conseguido que se dejen de utilizar miles de pajitas, así que se puede decir que ya es todo un éxito.

Además, promocionan en las redes sociales a los restaurantes que, como ellos mismos dicen, “con su compromiso contribuyen a la protección de los animales, a la disminución de la contaminación por el plástico y a generar conciencia ambiental entre sus clientes.”

Y lo que queríamos contarte hoy es que estamos la mar de contentos porque ¡vamos a ayudarles a llevar la “versión española” de esta campaña, Mejor sin pajita!

Siempre habíamos dado por hecho que en España no estaba tan difundido el uso de pajitas, pero desde que hemos empezado a fijarnos en los restaurantes, cafeterías o bares por los que pasamos, nos hemos encontrado que todos (absolutamente todos) tienen un vaso con pajitas en algún lugar e incluso hemos llegado a ver en algunos sitios ¡hasta de tres tipos diferentes! Y eso sin contar que muchas de ellas tienen además un plástico protector, por lo que es otro desechable más a tener en cuenta.

Una de las cosas que más nos gustó cuando nos explicaron esta iniciativa fue que no aceptan las pajitas de papel ni biodegradables como alternativa. Esto al principio puede sonar un poco radical pero cuando nos explicaron que uno de los pilares fundamentales de la campaña es que “la eliminación de un desechable no debe implicar la producción de otro material desechable” comprendimos que tienen toda la razón. Y es que no estamos hablando de un producto indispensable, sino de todo lo contrario, es algo totalmente innecesario.

El hecho de evitar que se sustituyan por otro tipo de pajitas “menos malas”, hace que esta campaña sea un compromiso real que adquieren los establecimientos y evita que muchos se unan simplemente por la moda eco.

Y es que éste es un tema que cada vez nos toca más. Cada vez que miramos a nuestro alrededor, vemos más sitios que se apuntan al carro de ecológicos por moda, porque es lo que se lleva y está bien visto. Justo la semana pasada estuvimos en uno de esos sitios muy eco en medio de la ciudad y nos pusieron unas patatas fritas de aperitivo ¡en un vaso de cartón! No os preocupéis, que no cunda el pánico, era un vaso de cartón reciclado, de ese color marrón característico que tienen todas los objetos de papel reciclado, que parece ser hasta más ecológico que un plato de cerámica. No desentonaba ni con las mesas de madera ni con los menús impresos con letras retro, pero al retirarlo fue directo a la basura porque se había llenado de grasa. ¿Realmente la gente que lleva bar tiene conciencia medioambiental o simplemente ha visto el filón que supone abrir un sitio por el estilo en el pleno centro de la ciudad? Y, por si os lo estabas preguntando, sí, usan pajitas a diestro y siniestro, como si no hubiera mañana pero… “son biodegradables, por supuesto” ;)

Así que si tienes algún bar o cafetería y realmente te importa el medio ambiente y quieres sumarte a la campaña, no tienes más que decirlo y te pasaremos toda la información. Y si conoces algún establecimiento que no las use y que pienses que pueda unirse a la iniciativa, ¡cuéntanoslo y nos pondremos en contacto con ellos! Por favor, ayúdanos a difundir el mensaje, por cada establecimiento que se una a la campaña estamos evitando miles de pajitas y el daño que estás pueden causar al medio ambiente y a muchos animales.

Pajitas, pitillos, bombillas, absorbentes, calimetes, cañitas, sorbetes, cañizos, popotes, sorbetos, carrizos… es increíble que un objeto tan pequeño e innecesario se llame tenga tantísimos nombres que que sólo hagan que sea más difícil luchar con ellos. Así los llames como los llames, recuerda al pedir tu bebida sin ellas.