Semana 5. Viviendo sin plástico

Esta semana me toca hablar única y exclusivamente a mí, Patri, porque el señor Fer no tiene ni un sólo pedacito minúsculo de plástico y eso es todo un logro (pero que no se confíe que sólo ha sido un golpe de suerte). Así que aquí va mi lista de la quinta semana intentando vivir sin plástico.

Recuento de plásticos

• 2 envases de yogur. Los últimos de los que trajo mi amigo hace tres semanas, ¡por fin he acabado con ellos! (casi nos cuesta el divorcio cuando me comí uno el domingo pasado justo después de poner la entrada la semana cuatro)
• 1 tapón de leche. Sigo intentando evitarlos, pero el café sin leche para mí no es lo mismo. Ya he aprendido a hacer leche de arroz y me gusta el resultado, además tardo más o menos lo mismo que en bajar al súper, comprar, hacer la cola y volver a casa… Seguiré investigando con leche de avena y almendras.
• 1 blíster de unas pastillitas que me tuve que tomar en una «emergencia».

Y además, tengo una pequeña confesión-cosaqueañadiralalista: hoy hemos estado tomando algo en un barecito en el campo y nos han puesto una tapa en un plato de plástico. Desde que empezamos el reto, el plástico que nos dan sin pedirlo no cuenta siempre que no lo utilicemos, es decir, si no tocas la tapa y la devuelves al camarero, el plástico no es tuyo, pero si te la comes, se siente, ese plástico te pertenecerá inevitablemente hasta que se desintegre dentro de cien, doscientos años o vete tú a saber cuánto. Y me la he zampado en menos de un minuto en un ataque de hambre feroz (en mi defensa he de decir que había andado mucho y estaba hambrienta, débil y muy cansada). Si hubiese sido una tapa de pisto no tendría ningún remordimiento pero no, más sosa la tapa no podía ser. Tengo que aprender un poquito de autocontrol.

La semana que viene, menos o mejor nada ;)