Siempre que recojo plásticos en la playa o en entornos naturales, hay algunos de los que me cuesta desprenderme y me los acabo trayendo a casa. Después de siete años con está afición, puedo decir que soy un coleccionista de plásticos.
A veces, me traigo algunos objetos que encuentro con mucha frecuencia, otras veces plásticos que me parecen graciosos, como restos de juguetes, y siempre hay algún plástico que por algún motivo me cuesta tirar y acaba viviendo conmigo. Aquí te enseño una pequeña muestra.
Puedo decir que en casa tengo más plásticos recogidos en la playa que objetos de plásticos para su uso, que apenas hay alguno.
Quizás te preguntes, por qué lo hago y es principalmente por dos motivos: para investigar y para hacer “creaciones artísticas” con ellos.
Por investigar me refiero a, por ejemplo, poner algunos botes de microplásticos al sol, para ver cómo le afecta y comprobar si se rompen con mayor facilidad, o a ver su nivel de flotabilidad, para averiguar cómo se comportan cuando acaban en el mar.
Además, estoy intentando sacar mi lado artístico y hacer composiciones con los plásticos, lo que ocurre es que no tengo ningún sitio ideal para almacenarlos, ni tiempo, ni cualidades artísticas.
Hay artistas que trabajan con plásticos recogidos del mar que nos fascinan, sobre todo Xico Gaivota. Ya me gustaría tener su arte (y su estudio). Michelle Costello, de Smartie lids on the beach, hace también unas creaciones fabulosas.
Empecé recogiendo tapones de botellas y bastoncillos de los oídos con la intención de hacer alguna composición con ellos y poco a poco han ido entrando objetos de lo más diversos.
Algún día me encantaría hacer una exposición con estos plásticos. Esta idea lleva mucho tiempo rondando en mi cabeza, lo que ocurre es que siempre hay cosas más urgentes que hacer. Espero que algún día se haga realidad, porque sino los plásticos se van a devorar todo el espacio de la casa.
Si tú también guardas algunos de los plásticos que te encuentras, dímelo en comentarios, para sentirme menos raro ;)