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Dos toneladas y media

El 1% de la población más rica produce más del doble de emisiones que el 50% más pobre

Cuando leí esto en la prensa hace unos días tuve que releerlo de un par de veces porque pensaba que no lo había comprendido bien.

Oxfam y el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo han publicado el informe Confrontando la Desigualdad del Carbono, en el que evalúan las diferencias de las emisiones de carbono entre grupos de diferentes ingresos durante los años 1990 y 2015. Los datos que aportan son escalofriantes:

  • El 10% más rico fue responsable de más de la mitad (52%) de las emisiones emitidas a la atmósfera durante esos años.
  • Ese mismo 10% consumió un tercio del presupuesto de carbono para no sobrepasar el objetivo de los 1,5ºC. La mitad más pobre del planeta solo un 4%.
  • Estiman que las emisiones del 10% deberían de ser 10 veces más bajas para el 2030 para mantener al planeta por debajo de 1,5º de calentamiento. Esto equivaldría a reducir las emisiones globales anuales un tercio.
  • Incluso reduciendo las emisiones per cápita de este 10% más rico al promedio de la Unión Europea se reducirían las emisiones anuales en una cuarta parte.

El 50% más pobre de la humanidad comprende aproximadamente 3.100 millones de personas, mientras que el 10% más ricos son aproximadamente 630 millones, y el 1% 63 millones. Por lo que entre 63 millones de personas producen más del doble de emisiones que 3.100 millones.

Con frecuencia se suele utilizar el argumento de la sobrepoblación como una explicación del deterioro medioambiental. En muchas ocasiones, el pánico sobre el aumento de la población permite a los mayores responsables de los impactos ambientales culpar a los países menos desarrollados y con mayor natalidad, cuando en realidad son los que menos impacto tienen sobre el planeta.

Es cierto que la cantidad de recursos de la Tierra es limitada y que la población que utiliza esos recursos va en aumento pero el problema, más que deberse al número de personas, radica en la forma en la que se producen, distribuyen y consumen esos recursos.

A la desigualdad social y económica hay que añadirle la desigualdad ambiental.  El presupuesto de carbono es la cantidad de dióxido de carbono que podemos agregar a la atmósfera sin que la temperatura global suba por encima de 1,5 °C, lo que se plantea en el Acuerdo de París para evitar los peores impactos del cambio climático descontrolado. Nuestro presupuesto de carbono se va agotando y no con el propósito de que toda la humanidad tenga un nivel de vida decente, sino para expandir el consumo de la minoría más rica del planeta. Cada vez los ricos son más ricos y más contaminantes. 

Por si esto fuera poco, la mitad más pobre es también la más vulnerable a los efectos del cambio climático y son las personas que van a ser más afectadas.

Es muy fácil desde la partes más opulentas del mundo mirar cómo la gente permanece encerrada en la pobreza sin hacer nada para ayudar y luego quejarse de su fertilidad y atribuirles toda la responsabilidad que nosotros no queremos en nuestras espaldas.

Cuando leí estos datos, me dio rabia e impotencia, luego pensé quizás yo me encuentre entre ese 10% más rico del planeta y, aunque no lo estoy, sí ando lo suficiente cerca como para replantearme un poco más mi estilo de vida.

Creo que ha llegado el momento de que, como decía en una charla Fernando Valladares, dejemos de hacer cosas. No porque no podamos hacerlas, sino porque decidimos no hacerlas. No coger algún vuelo por voluntad propia, no comprar algo que no necesitamos porque no queremos, no consumir más por no contribuir a esta incrementar esta desigualdad injusta. No tenemos que meternos en una cueva, ni dejar de consumir, sencillamente ser conscientes del impacto ambiental de nuestras acciones que, en este «primer mundo», parecen tan triviales.

Nadie duda de que es necesario un cambio más radical en el sistema, pero mientras luchamos porque esto ocurra, tratemos de crear un mundo más igualitario en todos los aspectos posibles, y esto incluye nuestro impacto ambiental.

Comentarios

  1. Ana dice

    20 de octubre de 2020 en 08:01

    Gracias por el post. Como siempre esclarecedor. Un saludo!Ana

    Responder

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