La tienda Sinplástico cerró hace unas semanas. Si no la conocías, fue la primera tienda residuo cero que abrió en Europa y que puso sobre la mesa los problemas del plástico en España.
La verdad es que me sentí un poco culpable porque hacía mucho tiempo que no les compraba. Intento comprar en tiendas físicas de mi ciudad (también pequeñas y con valores) y cuando he comprado online he ido alternando entre varias tiendas amigas para poner mi granito de arena aquí y allá, pero el principal motivo por el que no les compraba era ¡porque pensaba que les iba bien!
Esto me ha servido para comprender que a ninguna tienda pequeña y con principios le va tan bien como para no necesitar nuestro apoyo. Es de perogrullo, pero a veces se nos olvida.
Hay una realidad y es muy simple: si queremos cambiar el futuro, tenemos que cambiar la economía, pero ¿cómo sabemos quién tiene un compromiso social y ambiental real?
Cada vez hay más empresas camufladas de verde (el famoso greenwashing o socialwashing) para captar a personas como tú y como yo que nos preocupamos por la huella que dejamos detrás.
Para no caer en estas trampas, nosotras nos fiamos más de organizaciones que nos aseguran que las compañías donde ponemos nuestro dinero tienen una responsabilidad social detrás. Es el caso del Mercado social, una red de organizaciones, empresas, productores y consumidores que fomentan una economía solidaría, ecológica y social.
Como asociación, formamos parte del Mercado Social de Madrid desde hace unos meses y tenemos que entregar un balance anual (económico, social y ambiental) para que lo revisen y nos den el visto bueno.
Por eso, desde que estamos dentro, nos sentimos un poco más piña con el resto de personas que lo forman, porque estamos seguros de que el dinero que gastemos dentro de esta red, va a ir a gente como nosotros. Sin trampas ni artificios.
Puedes pertenecer como empresa (hay una red economía alternativa y solidaria por toda España, REAS) o como consumidor. Hay entidades y empresas con las que puedes cubrir básicamente todas tus necesidades: supermercados cooperativos, seguros, restaurantes, bancos, eléctricas, etc.
Como siempre, no se trata de consumir única y exclusivamente en negocios del mercado social, pero sí todo lo que podamos. Porque no vamos a cambiar las cosas siendo esclavos de día pero señores feudales de noche. Esta frase no es nuestra, es de este maravilloso corto de Pau Rodilla.
Nos quedamos con esta otra frase que enmarcaríamos:
Para cambiar las cosas, hay que crear tribu, fomentar una economía con principios porque, como decía la novia del padre de Fer: “si no nos ayudamos entre nosotros, ¿quién nos va a ayudar?”
Aquí te dejamos la web del Mercado social y las ventajas de hacerte socia para le eches un ojo. Cuando gastemos dinero, hagámoslo conscientemente.