Imagina unos cartuchos de impresora HP, perdidos en el océano Atlántico durante un viaje que ha durado casi diez años.
En enero del año 2014 un contenedor llenó de cartuchos de impresora de HP se cayó en el océano Atlántico Norte, al este de Nueva York.
En septiembre de ese mismo año empezaron a aparecer cartuchos en las Islas Azores. Se contactó con HP, que facilitó una línea de teléfono y un servicio de reciclaje, pero no indicó (ni estaba obligado) la cantidad de cartuchos perdidos.
Casi dos años después, a finales del año 2015, los cartuchos empezaron a aparecer en las costas de Reino Unido.
Y hace unas semanas, casi 10 años después del accidente ¡hemos encontrado cuatro de estos cartuchos en la costa atlántica de la península ibérica!
La Universidad de Plymouth aprovechó este accidente para realizar un estudio sobre las corrientes oceánicas. Estos derrames ofrecen una oportunidad única para estudiar el transporte de plásticos en los océanos.
Se lanzó una llamada a más de 55,000 miembros de un grupo de ‘beachcombers’ en Facebook para informar sobre cualquier cartucho encontrado.
El resultado fue asombroso: aparecieron 1,467 cartuchos en lugares tan diversos como las costas europeas, Islas Canarias, Bermudas, Cabo Verde, Florida y hasta el norte de Noruega.
Los cartuchos viajaron una media de más de 6,000 kilómetros, ¡a una velocidad de 0.3 kilómetros por hora! ¿Te lo imaginas?
Siguiendo la corriente del Golfo, algunos tomaron la ruta del Atlántico Norte, mientras que otros optaron por las Azores y las Canarias.
En este mapa se entiende con mucha más claridad:
Un mayor número de cartuchos aparecieron en la zona norte de Europa. Esto no lo pone en el estudio, pero puede deberse a que los miembros de grupo de beachcombers fueran más de esa zona.
En Cabo Verde aparecieron 35 meses después. En la costa africana no se reportaron ninguno. Esto tampoco lo pone en el estudio, pero imagino que aparecían muchos que nadie notificaría.
La mayoría de las pérdidas de contenedores no se registran o no se informan de manera sistemática debido a que, en la actualidad, no existe la obligación de declarar la carga perdida a menos que sea de naturaleza peligrosa.
Por esto no se conoce la cantidad de contenedores que se pierden al año, pero se habla de miles.
Hay otras pérdidas de contenedores que han sido investigadas, como la de 80.000 pares de zapatillas Nike, que se cayeron entre el trayecto de Corea a EEUU y meses después empezaron a aparecer en las costas americanas, con la salvedad de que las del pie derecho y las de izquierdo aparecen en sitios diferentes.
O los 28.000 patitos de goma y otros juguetes que se cayeron en 1992 en el océano Pacífico y dio lugar al libro Moby Duck.
El océano no conoce fronteras, está todo interconectado, y la historia que te presentamos hoy es un ejemplo palpable de esa conexión global.