Inicio » Arqueología playera » Mistol concentrado, años 60

Mistol concentrado, años 60

por Fer Gómez

En la playa de Las Amorosas, en A Coruña, encontramos este pequeño envase que parecía una monodosis.

La mayor parte del texto está borrada, pero lo que queda nos ayuda a identificarlo: es un envase de Mistol.

En él, aún se puede leer el precio de venta al público (P.V.P.): 8 pesetas, menos de cinco céntimos de euro.

Investigamos en internet para intentar datarlo y encontramos una imagen de una de estas supuestas monodosis en perfecto estado, en la que incluso coincide el precio.

mistol concentrado antiguo

Gracias a esta imagen, pudimos ver el nombre completo del fabricante: Seinova Mistol. Esto nos dio una pista clave, ya que esa empresa vendió la marca Mistol a Henkel en 1969. Por lo tanto, nuestro envase es anterior a esa fecha, lo que significa que tiene, como mínimo, 55 años.

Posteriormente, el logo de Henkel comenzó a aparecer en el producto, como pudimos comprobar en otras imágenes.

También descubrimos que no se trata de una monodosis, como pensamos al principio, sino de un concentrado. Se disolvía el contenido en un litro de agua y… tenías un litro de limpiador multiuso, válido para casi todo.

En la parte trasera del envase se podía leer: “El contenido de esta bolsa, disuelto en un litro de agua, proporciona un eficaz detergente para la limpieza de las mil cosas del hogar: suelos, vajillas, ropa fina, cristales, puertas, aseos…

Una publicidad de la época destacaba sus ventajas: «Muy concentrado, poco peso y fácil de transportar.

E iban aún más allá en sus posibilidades de uso: “Lanas, jerséis, tergal, medias, vajillas, baños, suelos, cristales, automóviles, etc.

Esto nos hace plantearnos algunas preguntas:

¿Son realmente necesarios tantos productos de limpieza como los que tenemos en la actualidad? Solo en la cocina o el baño solemos utilizar varios limpiadores diferentes: para vitrocerámica, vajilla, suelo, cristales… ¿no sería más sencillo unificarlos?

Otra cuestión es si no era más lógico el diseño de este envase de los años 60. Un simple sobre se convertía en un litro de producto, que luego se vertía en una botella reutilizable.

No solo se ahorraba plástico, sino también las emisiones derivadas del transporte de botellas llenas de líquido, con todo el peso y volumen que ello implica.

Hoy en día, algunas marcas venden productos concentrados, pero siguen siendo poco comunes. Algo tan simple podría reducir enormemente los residuos plásticos que generamos. Y si además se encuentra un material más sostenible para estos sobres, aún mejor.

Si ya lo hacíamos antes, ¿por qué no volver a hacerlo?

Es increíble la cantidad de historias que nos cuentan los objetos que encontramos en la playa. 55 años después, este envase nos recuerda que el plástico puede perdurar siglos en el medio ambiente y que, aunque creemos haber avanzado mucho en estos años, en algunos aspectos hemos retrocedido.

¡Comparte para que llegue a más gente!

Quizás también te interese

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.