Durante Un océano sin plástico, visitamos Consorci MARE, una planta de residuos de El Campello, Alicante, donde gestionan los contenedores de residuos órganicos y de resto de 52 municipios de la zona. Nos hicieron una visita guiada por toda la planta, resolvieron nuestras dudas y nos dejaron grabar todo y eso es de agradecer.
Además, la visita la organizó Patri, de Minimo eShop que, además de ser mi tocaya, es una anfitriona perfecta. Sin la gente que nos ha ayudado a nivel gestión y organización, no habríamos podido hacer tantas cosas durante el camino. Así que ¡gracias a los dos! Ahora sí, al lío.
Aquí te dejamos el video que hemos hecho pero, si estás leyendo esto, entendemos que prefieres leer, así que abajo te lo explicamos todo por escrito.
¿Qué va a los contenedores de resto y orgánica?
Antes de nada, aclarar que al contenedor de resto, que generalmente es gris, aunque en muchos sitios tiene la tapa naranja, deberían llegar solo los residuos no reciclables ni compostables, como residuos higiénicos, pañales, compresas, restos de cerámica, preservativos, etc.
Y al contenedor de orgánica (normalmente marrón) deberían llegar sólo restos de comida y peladuras para convertirlos en compost.
Lo que más me llamó la atención fue que de toda la basura que se genera en estos 52 municipios alrededor de un 77% llega al contenedor de restos, mientras que a los contenedores de vidrio, cartón y envases (todos juntos) llega un 11,5% de los residuos totales, un porcentaje muy parecido al punto limpio. Vamos, que en esta zona separan poco en casa.

Separación de residuos grandes
El proceso por el que pasa la basura desde que la vacía el camión es bastante complejo, así que vamos a intentar resumirlo un poco. Cuando los camiones de basura llegan a la planta vacían toda la carga en un foso. Esta parte no la pudimos visitar y la vimos a través de una pantalla, pero nos han dejado las imágenes para que podamos verlo mejor. En ese foso hay un pulpo que rompe las bolsas y coloca los residuos en las líneas de tratamiento que son unas cintas transportadoras que llevarán los residuos por varias máquinas que los irán seleccionando.
El primero es un tromel, que es como el tambor de una lavadora gigante con agujeros de 40 cm para separar los residuos más grandes como cajas de frutería, trozos de muebles o directamente bolsas llenas que no se hayan abierto. Si son bolsas, las pasan por una trituradora y los residuos más grandes pasan a una zona de triaje donde hay operarios que lo clasifican manualmente.
Clasificación de residuos orgánicos
Y todo lo que es más pequeño de 40 cm, pasa a un segundo tromel con agujeros de 8 cm de diámetro. De aquí se supone que lo que cae es todo orgánico pero lo cierto es que hay muchos residuos menores de 8 cm. de muchos otros materiales.
El caso es que todo lo que ha caído del tromel, pasa por un separador magnético para retirar los metales y de ahí se van a la línea de tratamiento biológico.
Esta parte fue la que más nos impactó porque, como es de esperar, estaba llena de plásticos. Iban pasando dos tornillos que removían los restos orgánicos para airearlos pero claro, también rompería los plásticos en trozos más pequeños.

Después pasaban por un tratamiento de afino para quitarle impurezas y a esto lo llaman material bioestabilizado, que tiene una calidad inferior al del compost.
Pensé que el material bioestabilizado se utilizaría sólo para parques, pero nos dijeron que no, que de hecho, muchos agricultores prefieren el bioestabilizado porque los restos de vidrio son buenos para los cultivos por algún motivo que se nos escapa. Justo ayer publicamos este estudio sobre cómo los microplásticos afectan a las cosechas. El tema de los microplásticos es bastante reciente y creemos que aún no se le da la importancia que le corresponde.
Ojo, se me olvidó decirlo en el vídeo pero por otro lado tratan lo que llega a los contenedores marrones y los restos de poda y con eso sí consiguen un compost de calidad.
Clasificación de envases
En cuanto al resto de residuos mayores de 8 cm, pasan por otros tromeles con mallas de 20 y 25 cm y ahí entran en un largo proceso de clasificación con separadores balísticos, que separan los residuos por su peso y forma y tienen una especie de aspiradora para separar los materiales planos. También tienen separadores magnéticos, para separar metales, y separadores ópticos, que los segrega por su composición, color y forma. Te dejamos un esquema para que veas lo complejo que es el proceso. En la web de Consorci Mare hay mucho material de este tipo.

Después de estos procesos, los envases se empacan en balas clasificadas para poder transportarlos. Tenían muchísimas preparadas esperando a que se las llevasen.
El vertedero
Después de este proceso, lo que no se puede reciclar, ni compostar, se envía al vertedero. Y nos llamó muchísimo la atención que retractilan en plástico estas balas antes de llevarlas al vertedero. ¡Más plástico! Lo hacen así para que no huelan, ni suelten líquidos mientras se transportan, además de poder apilarlas mejor y aprovechar mejor el espacio del vertedero.
Aprendimos mucho durante esta visita sobre la gestión de residuos, por eso nos encanta visitar plantas de tratamiento y reciclaje, porque, además del recordatorio constante de la cantidad de basura que generamos, vemos que hay muchas formas diferentes de gestionar y clasificar nuestros residuos. En Málaga sin plástico, por ejemplo, el vertedero era a cielo abierto y pasaban unas apisonadoras para compactarlo. Te dejamos aquí el vídeo por si no lo has visto.
Y si te quedas con más ganas aún de saber sobre la gestión de residuos, te recomendamos este podcast con Fernando Follos, que es nuestro experto de cabecera en este tema.
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