No todo el plástico que encontramos en la playa son envases desechables, de esos que tanto nos indignan. A veces, entre la arena, aparecen pequeños tesoros del pasado, como esta figura de un indio de los años 60 o 70. Nos transporta a otra época y a imaginar a un niño jugando con ella en la orilla, sin saber que, medio siglo después, seguiría aquí.
Nos preguntamos qué pensaría aquel niño si supiera que su juguete ha sobrevivido intacto al paso del tiempo. El plástico no desaparece.
No hemos podido datarla con exactitud, pero sabemos que este tipo de figuras fueron muy populares en los años 60 y 70, así que probablemente tenga más de 50 años.
Es mucho más fácil encontrar envases antiguos que objetos duraderos. Por eso, cuando aparecen piezas como esta, sentimos que hemos encontrado algo especial.
Para los arqueólogos del futuro, el plástico será el material que definirá nuestra era. Quizás cuando encuentren figuras como esta, las consideren un objeto valioso, perdido entre montañas de residuos desechables.
Lo más irónico es que esta figura está hecha de polietileno, el mismo material que hoy en envases de un solo uso. Y aquí está el verdadero problema: utilizar un material casi indestructible para cosas que solo usamos unos minutos.