A casi nadie se le ocurre tirar basura al suelo, pero el caso de las colillas es diferente. Muchas personas las tiran en la calle sin inmutarse, como si no fueran basura.
Tirar una colilla al suelo hasta hace poco se veía como un gesto ”normal”. ¿Se veía o se sigue viendo?
Debemos comprender que, por muy lejos que esté del mar, una colilla que tiramos al suelo puede acabar en él. La lluvía puede arrastrarla a las alcantarillas, llegar a los ríos y de estos llegar al océano. Son uno de los residuos más frecuentes en las playas. Se calcula que cada año 4 billones y medio de colillas llegan al medio ambiente.
En realidad las colillas son un residuo muy tóxico. Una sola colilla puede contaminar hasta 100 litros de agua. Cada cigarrillo tiene unos 7000 componentes, 200 de ellos son tóxicos y 70 cancerígenos.
Y no sólo eso sino que las colillas están hechas de unas 15000 fibras de rayón/viscosa, puro plástico que se va liberando en el medioambiente.
Cada vez hay más playas sin humo, es decir, que aconseja no fumar aunque no es una prohibición firme. Aún así, en casi todas las playas podemos encontrar alguna que otra colilla.
Los filtros biodegradables, sentimos decirte que por desgracia tampoco son la mejor solución. Aquí te dejamos un experimento que hicimos el año pasado con ellos.
Así que si fumas, lleva contigo un cenicero portátil para evitar tirarlas al suelo. Puede servir cualquier caja de metal que tengas por casa como esta. O por lo menos asegúrate de que las depositas en el lugar correcto, y que no van a acabar en el medio natural.
¡Acabemos con esta plaga! Como dice Marisé: Podemos cambiarlo todo, cambiando la conciencia individual de los fumadores y fumadoras de no arrojar las colillas al suelo. Así que comparte este vídeo con los fumadores que conozcas.