Encontramos este envase en una playa de Portugal. Enseguida lo reconocimos: el color amarillo y las dos «equis» que tenía en el lateral, donde se colocaban las etiquetas, lo delataban. Se trataba de un envase de Nesquik.
Investigamos en Internet para saber de qué año podría tratarse y no encontramos ningún anuncio español ni portugués en el que apareciera este tipo de envase. ¿Quizá Nesquik no se había comercializado con este formato por aquí?
Yo tengo el recuerdo, de pequeño, de un bote metálico. En realidad, no me vienen imágenes de este envase amarillo. ¿Por qué, entonces, lo identificamos tan fácilmente?
Solo encontramos publicidades de países de norte de Europa, de Italia y de Francia. Esta es del año 1975. El envase es igual, incluso el tamaño de 400 gramos.
A mediados de los años 80 el diseño del envase ya cambia, y se hace más redondeado.
Por lo que es difícil de datar, pero creemos que estará entre mediados de los años setenta a mediados de los ochenta.
Lo que nos resulta curioso es que acabara en una playa de Portugal. ¿Lo traería las corrientes de otro país? ¿Algún turista se llevó a Portugal? ¿Se vendió en este formato y no lo hemos encontrado?
Es difícil responder a estas preguntas, pero, sea como sea, es otro envase, probablemente de más de 40 años, que nos encontramos en la playa casi intacto y nos cuenta la misma historia: el plástico nos puede sobrevivir.
Por más envases antiguos que encontremos, nunca dejamos de sorprendernos.