Un estudio de la Universidad de Nuevo México en Albuquerque ha encontrado microplásticos en el cerebro humano.
Se trata de una prepublicación. El estudio que aún no ha sido revisado por pares, ni publicado en una revista, pero está disponible online en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Detalles del estudio
Se han analizado muestras de tejido post mortem de hígado, riñón y cerebro de humanos. En todas ellas encontraron microplásticos.
Las muestras fueron tomadas en el 2016 y el 2024, utilizando el mismo protocolo.
Las concentraciones de microplásticos en el hígado y riñón de los fallecidos fueron similares, con medias de 465 y 666 μg/g,
Las muestras de cerebro, todas derivadas de la corteza frontal, revelaron concentraciones sustancialmente más altas, entre 7 y 30 veces mayores, que las del hígado o riñón.
El polímero predominante encontrado en todos los tejidos fue polietileno. Un plástico ampliamente utilizado en los envases alimenticios. En el cerebro la proporción de este polímero fue mayor que en los otros órganos, con un 74%.
¿Por qué se acumulan más microplásticos en el cerebro?
La naturaleza lipofílica de los plásticos podría hacer que el hígado los maneje con más facilidad, dado su papel en el transporte de las grasas.
El cerebro humano tiene el segundo contenido más alto de lípidos en el cuerpo, solo superado por el tejido adiposo. Además, el cerebro recibe un alto flujo sanguíneo, aproximadamente del 25 al 30% del gasto cardíaco. Y el plástico puede viajar por la sangre.
«A los plásticos les encantan las grasas o lípidos, por lo que una teoría es que los plásticos se están abriendo camino con las grasas que comemos y que luego se envían a los órganos a los que realmente les gustan los lípidos; el cerebro es el primero de ellos», Matthew Campen, autor del estudio.
¿Se puede notar en 8 años el aumento de nuestra exposición a microplásticos?
En las muestras de 2024 aumentaron significativamente las concentraciones de microplásticos tanto en hígados como en cerebros. En el caso del cerebro un 50%.
El autor indica que esto podría deberse a una mayor exposición a microplásticos con el paso del tiempo.
Los plásticos no encuentran barreras
La barrera hematoencefálica es fundamental para la salud neurológica y la prevención de enfermedades del sistema nervioso.
Protege el cerebro y el sistema nervioso central de sustancias potencialmente dañinas presentes en la sangre, al tiempo que permite el paso selectivo de nutrientes esenciales y moléculas necesarias para el funcionamiento cerebral.
Es preocupante pensar que las partículas de plástico son capaces de atravesarla.
«Anticipamos que el cerebro estaría protegido de los plásticos y estábamos completamente equivocados», dijo Campen. «Inicialmente, pensamos que el hígado soportaría la mayor parte de la absorción debido a toda la comida que consumimos y que luego eliminaría los plásticos.»
En un estudio anterior en ratones, ya se había comprobado que los microplásticos se depositaban en el cerebro incluso después de una ingestión a corto plazo, lo que provocaba alteraciones en las respuestas inmunes y respuestas inflamatorias.
Como siempre, hay que esperar a que se publique el estudio y seguir investigando los efectos de los microplásticos en el cuerpo humano, pero está claro que esto no puede traer nada bueno.