Hace dos años te contábamos con ilusión, y algo de escepticismo, la creación de un Comité Internacional de Negociación, cuyo objetivo era alcanzar un acuerdo global para enfrentar la crisis de contaminación por plásticos.
Por fín todos los países se iban a reunir para hablar de un problema tan global como la contaminación por plástico.
Uno de los aspectos más alentadores del acuerdo era su límite temporal: finales de 2024, lo que evitaba que las negociaciones se prolongaran indefinidamente.
Sin embargo, la reciente quinta reunión del comité (INC-5), que se esperaba fuera decisiva, concluyó sin un acuerdo concreto. En su lugar, se ha propuesto una nueva ronda de negociaciones para el próximo año, aunque aún no se define ni la fecha ni el lugar.
El debate clave: ¿limitar la producción o solo gestionar mejor los residuos?
El borrador del texto del acuerdo todavía está lleno de corchetes y de puntos por concretar. Uno de los temas más debatidos ha sido el artículo 6, en el que se plantean los objetivos globales en la reducción de la producción de plástico.
Hay dos posiciones muy diferenciadas:
- Límite en la producción. Un grupo de 94 países, incluidos los de la Unión Europea, Reino Unido, el Grupo Africano (54 naciones) y varios países sudamericanos, aboga por frenar la producción de plástico como medida esencial.
- Foco en los residuos y en la contaminación. En el lado opuesto, un pequeño grupo de productores de combustibles fósiles —incluyendo a Rusia, Arabia Saudí, Kuwait e Irán— prefieren concentrarse únicamente en la gestión de residuos sin imponer límites a la producción.
Por su parte, los principales productores mundiales de plástico, China y Estados Unidos, permanecieron silenciosos durante la reunión. El año que viene Trump estará sentado en la Casa Blanca, lo que quizá pueda complicar estas negociaciones.
Aunque los residuos plásticos son la cara más visible del problema, la raíz está en la producción. De seguir las tendencias actuales se prevé que la producción de plástico se doble en el año 2040, y se triplique para el 2060.
No se puede continuar con un crecimiento ilimitado, es destructivo e insostenible.
Otros puntos de conflicto
El borrador del acuerdo también enfrenta desacuerdos en otros temas clave:
- Ayuda financiera: La implementación efectiva del tratado en países en desarrollo depende de la financiación. Las naciones occidentales no quieren asumir por si solos esta carga, insisten en que los productores de plástico deben asumir parte de la responsabilidad.
- Productos peligrosos: No hay consenso sobre la creación de una lista de sustancias químicas peligrosas ni sobre la eliminación progresiva de estas.
Los mismos países que rechazan una reducción en la producción también se oponen a cualquier intento de eliminar gradualmente productos químicos dañinos presentes en los plásticos.
Tampoco se ha definido algo muy básico, cómo se va a aprobar este acuerdo, sí por mayoría o por consenso total. Esto último significaría que no se podría aprobar con que un solo país no estuviera de acuerdo.
La ciencia ignorada
Más de 70 científicos independientes, de la Coalición de Científicos para un Tratado sobre los Plásticos Eficaz, han estado presentes en esta reunión para apoyar a los negociadores en la comprensión de conocimientos sólidos, incluyendo la ciencia más reciente revisada por pares.
Entre los elementos demostrados por la ciencia que son esenciales están:
- Reducción de la producción de plásticos primarios
- Restricciones y prohibiciones de sustancias químicas.
- Enfoque integral en todo el ciclo de vida del plástico.
- Eliminación progresiva de sustancias químicas, materiales y productos plásticos no esenciales.
La ciencia no lo puede decir más claro.
Conclusión. El tiempo se agota
Llegar a un acuerdo global nunca es sencillo, pero seguir postergando decisiones críticas es inaceptable. ¿Es preferible no llegar a un acuerdo o aceptar uno que no aborde las raíces del problema?
Firmar un acuerdo que no ponga límites a la producción es inaceptable. Daría la falsa sensación de que se está haciendo algo, cuando no solucionaría nada.
Desde el inicio de estas negociaciones, millones de toneladas de plástico han terminado en los océanos, y la contaminación por microplásticos ha alcanzado niveles alarmantes. Incluso se han detectado microplásticos en muchos órganos humanos, una clara señal de que este problema no puede seguir siendo ignorado.
Es momento de actuar. Postergar nunca ha solucionado los problemas.