Llega nuestro primer recuento del año y estamos contentos porque hemos empezado teniendo muy pocos plásticos, aunque nos hemos dado cuenta de que, quizás, nos hemos pasado un poco de «listillos» con el reto de recoger 10 plásticos en la naturaleza por cada uno que generábamos porque, como ya comentamos cuando explicamos el reto de 2016, hemos comenzado a incluir plásticos pequeños que antes habíamos ignorado (como las pegatinas de la fruta o el sello que llevan la mayoría de los tapones de botellas de vidrio). Así que esto no va a ser fácil, vamos a tener que recoger más plásticos de los que pensamos en un principio pero ¿quién dijo miedo?
Este mes nos invade la sensación de que tenemos muchísimas cosas, aunque al mirarlas de cerca nos damos cuenta de que son pequeñeces difíciles de evitar (y que apenas abultan nada).
Recuento de plásticos
Patri
- 1 ventanita de una caja de macarrones. Última que nos queda. Ya no volverá a aparecer. Prometido.
- 1 ventanita que venía en un sobre de una carta del ayuntamiento. Antes tampoco los contábamos, ni nos habíamos dado cuenta de que venían ni de que llevaban nuestro nombre.
- 1 dosificador de una botella de aceite. Nada nuevo bajo el sol.
- 1 pegatina de fruta. Sólo una, tengo que comer más fruta.
- 1 precinto externo de una botella de salsa de soja. Me encanta la soja, no puedo vivir sin ella. Afortunadamente, cada botella me dura casi un año, así que, si tengo tapones de aceite todos los meses, ¿por qué no uno de soja al año?
- 1 precinto interior de la misma botella.
- 1 etiqueta de seguridad de una prenda de ropa. De un regalo de Navidad que se me olvidó quitar el mes pasado.
Fer
- 1 ventanita de una carta del banco. Aunque hace ya mucho tiempo que solicité que toda la información me la enviasen por correo electrónico, de vez en cuando sigo recibiendo alguna carta. Habrá que volver a insistir.
- 1 dosificador de una botella de aceite. Nada nuevo bajo la luna.
- 1 hilo de una etiqueta de ropa. Si, los Reyes Magos también se pasaron por aquí y por suerte sólo me dejaron esta pequeña pieza de plástico.
- 1 precinto de una sorpresa que venía en un roscón de reyes. Nos encanta el roscón de reyes, es una tradición. Este año estuvimos dudando mucho tiempo dónde comprarlo porque la mayoría vienen en cajas de cartón con una ventana grande de plástico. Al final, lo compramos en una pastelería de nuestro barrio, que venía envuelto únicamente en papel. Pero después de comprarlo teníamos miedo por la sorpresa, ¿sería de plástico? Estuvimos toda la tarde bromeando sobre a quién le iba a tocar y al final me tocó a mí. Era una figurita pequeña de cerámica. La verdad es que no tiene utilidad ninguna y que acabará en la basura pero por lo menos resultó no ser de plástico. De todas las formas, el año que viene definitivamente (llevamos dos años pensándolo) haremos nuestro propio roscón, sin sorpresa ni embalaje.
- 5 pegatinas de fruta. No me fijo mucho al comprar la fruta si viene con pegatina o no. Tendré que ir fijandome un poco más pero… si encuentro aguacates o bananas en su punto perfecto de madurez con una pegatina enorme los pienso seguir cogiendo ;)
Bueno, pero esto no es todo, porque el reto de este año también consistía en recoger de la playa o en la montaña 10 plásticos por cada desecho que generemos. Así que 7 de Patri y 9 de Fer suman 16 que, si multiplicamos por 10, son 160. ¡Tenemos que recoger 160 plásticos!. Al principio habíamos dicho hacerlo a lo largo del mes siguiente pero luego hemos ido a la montaña y total, ¿para qué vamos a dejar para el mes que viene lo que podemos éste?
Hemos salido tres veces a la montaña, en la primera, entre los dos recogimos 74, y en la segunda y tercera (que iba sólo Fer) 37 y 17 respectivamente. En total 128. ¡Casi! Así que debemos 32.
Aquí dejamos una tabla con las cuentas para que no haya líos. La iremos ampliando con el recuento de cada mes a lo largo de este año. A ver cómo se nos da.
6 comentarios
Genial! Ya me gustaría tener tan poco como vosotros. Mi mayor problema es la leche, tengo 2 niños y no hay alternativa de vidrio y tapoco quiero prescindir de ella. ¿Que macarrones compráis que vengan en caja?
¡Hola Helena!
La verdad es que también nos sorprende a nosotros tener tan poco. El día a día más o menos lo tenemos controlado, lo malo es cuando aparece algo inesperado.
Lo de la leche es difícil, nosotros estuvimos comprándola un tiempo en Cántaro Blanco,que es una lechería donde la venden a granel, pero si no, está complicado porque la que encontrábamos en vidrio nos parecía muy cara. Pero bueno, cada uno tenemos que hacer lo que esté en nuestras manos, y seguro que tú ya estás reduciendo muchísimo, así que si no encuentras alternativa a la leche… qué le vas a hacer, es mejor centrase en lo que se puede encontrar alternativa.
La pasta que a veces compramos en caja es de la marca Barilla, una pasta italiana. Está muy rica :) Alguna viene con ventanillas de plástico y otras no.
Un abrazo y gracias por pasarte por aquí ;)
Hola
Me gusta mucho lo que se estan proponiendo, yo apenas estoy empezando con la idea y hasta me gutaria abrir una tienda que venda a granel solo que yo vivo en Mexico y su blog me ha dado muy buenas ideas.
Tengo una pregunta, despues de recojer los 10 placticos por cada plastico de ustedes que hacen con ellos o donde los desechan?
Saludos
Hola Andrea,
Qué bien que hayas empezado, luego ya es un no parar. Lo de la tienda a granel es una muy buena idea, no sabemos en México pero aquí en España funcionan muy bien.
Con los plásticos que recogemos, si son fáciles de reciclar (botellas o cosas así) los tiramos al contenedor de reciclaje pero si son pequeñitos o no son reciclables los tiramos a la basura normal. Lo que intentamos sobre todo es retirarlos de la playa o la montaña para que no contaminen el lugar, se lo coma algún animal o lleguen al mar. De todas forma,s estamos pensando hacer algo artístico con los que no se pueden reciclar ;)
¡Qué emocionante! Ver el recuento de esta manera hace mucho más evidente el impacto de todos los cambios que han estado haciendo, y la recolección de plásticos para compensar los que generan me parece absolutamente genial. Tendría que ser un desafío que nos pongamos todos.
Yo procuro, siempre que me voy de paseo a playas, monte o lugares así, volver con la basura que haya generado, pues en esos lugares es más difícil que hagan un buen tratamiento de residuos. Obvio, lo primero es generar menos (y lo intento al máximo), pero lo poco que sale lo traigo «religiosamente» como si fuera parte de mi equipaje… ¡y es que lo es!
Un abrazo, y felicitaciones por todos los avances, y gracias por la inspiración :-)
¡Hola Mariana!
Nosotros cuando vamos a la montaña hacemos lo mismo, aunque haya contenedores en algunos sitios, tampoco nos gusta dejar nuestra basura allí porque nos da la sensación de que es más fácil que se «escape» y se quede en la naturaleza, así que por si acaso los solemos dejar en sitios más «civilizados». Y en la playa nunca usamos las papeleras, por lo mismo, se puede volar muy fácil y llegar al mar :(
Y la recolección… Nos vino a la cabeza la idea y nos pareció perfecto, además de la «excusa» perfecta para salir a la montaña más a menudo, aunque no fuimos muy conscientes de la cantidad de plásticos que teníamos que recoger, porque por suerte la montaña está mucho más limpia que la playa y nos vamos a quedar más de un mes en números rojos, jeje. Pero bueno, a final de año seguro que nos saldrán las cuentas ;)
¡Muchas gracias a ti por tus palabras!
¡Un abrazo!