¡Uy! Por un pelo no hemos conseguido que fuera nuestra primera semana libre de plástico… Pero de todas formas nos sabe a victoria, de ahí la sonrisa de la foto. Aun así no podemos cantar victoria porque ha habido alguna cosilla que no sabemos si debería entrar en la lista. ¿Hasta dónde llega nuestra responsabilidad?
Recuento de plásticos
- 1 hilo de plástico de una etiqueta. Fue mi cumpleaños (Fer) y uno de los regalos que me hicieron fue una camiseta que venía con una etiqueta sujeta con uno de estos hilos. Últimamente cada vez es más habitual que sujeten las etiquetas con un imperdible y una cuerdecita, queda como más rústico y eso parece gustarle más a los fabricantes, deben de pensar que da más la sensación de que está hecho más artesanalmente. Aunque esta artesanía no sea real, nosotros encantados, pero éste no era el caso.
Y esto ha sido todo. O casi. Ayer estuvimos comprando a granel en una tienda donde ya hemos estado varias veces y siempre nos han puesto todo en bolsitas de papel, por lo que estábamos comprando tranquilos, curioseando los productos que tenían mientras nos atendían, hasta que por el rabillo del ojo vimos que el tendero estaba poniendo unos dátiles ¡en una bolsa de plástico!… pedí que por favor los pusieran en una bolsa de papel, nos comentó que los dátiles es mejor ponerlos en bolsa de plástico porque la de papel se moja. «Nos da igual, somos unos frikis del plástico, por favor, usa una de papel». Acto seguido pasó los dátiles a una bolsa de papel y después miró la bolsa de plástico que había utilizado y al ver que estaba sucia la puso en la basura. Nosotros salimos con nuestra compra libre de plásticos, o mejor dicho, con nuestra bolsa de la compra libre de plásticos.
Patri no se había dado cuenta del detalle de que habían tirado la bolsa a la basura, así que cuando salimos se lo comenté y… teníamos opiniones distintas:
Fer
Cuando les pedí que los pusieran en papel no sabía que iban a poner la otra bolsa en la basura, pero si lo hubiera sabido yo creo que habría hecho lo mismo. No es una tienda de barrio de toda la vida, se trata de una tienda moderna especializada en productos a granel y sin embalaje, que en su propia web indican que una de las ventajas de comprar a granel es «la reducción del consumo de elementos plásticos», así que creo que deberían haber preguntado si nos importaba que los pusiesen en una bolsa de plástico. Espero que con el próximo cliente que les pida dátiles piensen que quizá se trate de uno de esos «frikis del plástico» y antes de ponerlos pregunten por el tipo de bolsa a utilizar y, al mismo tiempo, espero que se hagan un poco más conscientes de que hay gente a las que nos molesta el plástico.
Patri
No estoy aquí para «educar» a nadie y menos a un tendero de una de las pocas tiendas a granel que hay en Madrid. Yo lo único que quiero es dejar pocos residuos que sigan en el planeta cuando yo ya no esté y no desperdiciar recursos tontamente. Si pensamos en que el petróleo ya está extraído, el plástico fabricado, la bolsa hecha y transportada y los dátiles dentro, es tontería que la tiren sin más para sustituirla por otra de papel que también ha pasado por su proceso de extracción, fabricación y transporte. ¡Es doble gasto! Y total, el daño ya estaba hecho.
Y vosotros, ¿qué pensáis?
4 comentarios
Hola, os he encontrado hace poco y quería daros la enhorabuena por haber reducido tantísimo vuestro consumo de plástico. En cuanto al episodio que comentáis, si no me equivoco, Bea Johnson de Zero Waste Home deja siempre todos los embalajes que no quiere ni necesita en las tiendas (por ejemplo, tickets de compra, cajas en las que va envuelto innecesariamente un artículo, etc.) porque lo considera una forma de protesta, y, de hecho, en alguna de las tiendas que frecuenta se han pasado al ticket electrónico. Yo creo que habéis hecho bien en decir que no querías una bolsa de plástico. Cada vez que compramos algo estamos contribuyendo a perpetuar su venta, por lo que no se trata de educar a nadie sino de hacer ver el tipo de consumo que queremos mediante nuestras elecciones.
De todas formas hay que estar siempre atentos con lo de las bolas de plástico, que cuando menos te lo esperas te sacan una de debajo del mostrador con sus mejores intenciones. En la frutería de mi barrio, una de las chicas intenta darme bolsas de plástico para todo y me cuesta horrores convencerla de que no las quiero porque piensa que me está facilitando las cosas al hacerlo, que es más sencillo para mí coger un melón con una bolsa con asas en lugar de acercarme al mostrador y meterlo directamente en el carro.
¡Hola María!
Gracias por recordarnos lo de Bea Johnson. Estamos de acuerdo contigo (y con ella). Como consumidores, no nos damos cuenta del poder que tienen la suma de nuestras pequeñas acciones. Si durante un tiempo, como clientes, nos quejáramos, o simplemente rechazásemos algo, entre todos conseguiríamos grandes cambios. No somos conscientes del poder que tienen nuestras decisiones. Pero por otro lado nos da un poco de pena que tiren una bolsa a la basura sin haber llegado a utilizarla.
No se puede bajar la guardia con las bolsas de plástico. A nosotros al principio nos daba un poco vergüenza ser tajantes rechazando las bolsas, pero después de unos meses la vergüenza ha desaparecido. Aunque insistas que no quieras bolsas siempre te las intentan colar. Nos han contado de todo: «es para que vaya más ordenadito», «¿tampoco con las uvas queréis bolsa?», «qué se van a aplastar los tomates»… En fin, mucha paciencia y mucha fuerza para seguir siendo conscientes de las consecuencias de nuestras acciones.
Muchas gracias por pasarte por aquí y por tus ánimos.
Hola, yo estoy de acuerdo, una vez han ensuciado la bolsa es mejor usarla o la tiraran y será doble gasto….. En mi caso ya he conseguido hacer entrar en razón al frutero que no uso bolsas de plástico, todo a la reutilizable que llevo, aunque me costo decirle que era condición necesaria para seguir comprando en su tienda…. Me estoy volviendo un grosero… Qué le vamos a hacer….
Hola Rubén,
Es verdad que a veces hay que ser firme con lo del plástico porque está tan arraigado en nuestras vidas que no nos damos cuenta del problema que supone y nos dan las bolsas por todos los lados, sin pensar, ¡y a veces hasta insisten! Y muchas veces creemos que, como tú dices, por rechazarlas somos groseros, pero no, en todo caso los groseros serían ellos por insistir. A veces no queda otra que ponernos serios y luego, una vez que se acuerdan de nosotros, los groseros de las bolsas, ya no nos las vuelven a ofrecer ;)