Por suerte, poco a poco todos estamos tomando más consciencia sobre los efectos nocivos del abuso y mal uso de los plásticos. Las noticias sobre la contaminación plástica en nuestros mares y sobre la importancia de reducir el uso de ciertos productos desechables empiezan cada día a ser más habituales. Cada vez somos más personas las que tenemos claro que el evitar el uso de ciertos productos, como las bolsas, botellas o vasos desechables es fundamental, pero al mismo tiempo hay otras cosas que pasan totalmente desapercibidas y, a las que no se les da ninguna importancia. Las pajitas son una de ellas. Es como si fueran invisibles. Nadie las ve. No forman parte del juego… O eso parece.
Hace poco, durante nuestras vacaciones, visitamos a una gran amiga que está muy concienciada e informada sobre temas medioambientales. Amante de los animales, compra siempre comida orgánica, se preocupa por generar los mínimos residuos posibles, evita el plástico de usar y tirar… El caso es que un día fuimos a comer a un restaurante vegetariano y orgánico que tenía un aspecto de lo más eco, todo de madera, con mucha luz natural, lleno de plantas, con servilletas de papel reciclado (seguro que te suena más de un sitio de este tipo). Bueno, a nuestra amiga le sirvieron la bebida en un tarrito de vidrio reutilizado muy mono pero… ¡con una pajita dentro! Y ella ni se inmutó. Puede que seamos nosotros los que estemos obsesionados con el tema (¿o quizás empezando a despertar?) pero nos sorprendió mucho que en un sitio así pongan una pajita sin preguntar y además que nuestra amiga no reaccionase.
¿Ponen tarritos de vidrio para reutilizarlos o porque están de moda? ¿Utilizan la pajita porque les da igual el medio ambiente o porque quedan bien dentro del tarro?
Esto sirvió para darnos cuenta de la poca importancia que se le dan a las pajitas. Total, son un plástico pequeño e insignificante, ¿por qué preocuparnos por eso cuando hay otros productos que son de un uso más habitual y mucho más grandes? Pues entre otros muchos motivos porque son muy fácil de evitar. A no ser que estés enfermo o tengas algún problema físico que te impida beber directamente del vaso, ¿realmente las necesitas?
Se estima que en Estados Unidos se usan 500 millones de pajitas diariamente y sólo McDonalds usa 60 millones en todo el mundo al día. A nosotros nos cuesta imaginar la altura de la montaña que todas esas pajitas ocuparían si las pusiéramos todas juntas… ¡todos los días!
Aunque en teoría están hechas de plásticos reciclables, polipropileno y polietileno, la gran mayoría no se reciclan. Cuanto más pequeño es un plástico, menos importancia se le da. Además, por su tamaño y forma es muy fácil que puedan acabar en los ríos y en el mar.
Una vez en el mar, como cualquier otro plástico, son mucho más contaminantes y dañan a muchísimas especies marinas (seguro que has visto el vídeo de la tortuga a la que le sacan una pajita de la nariz). Según Ocean Conservacy las pajitas suponen un 4% de la basura total que hay en el océano. Y según un informe que hicieron de la basura que recogieron en playas de todo el mundo en 2015, las pajitas son la cuarta basura más común, después de las colillas, los envoltorios de comida y los tapones de botellas.
¿No es para pensárselo? Afortunadamente, en muchos países han surgido movimientos para eliminar (o al menos limitar) el uso de las pajitas.
Nuestra amiga Heather de There is no away, (a la que por cierto entrevistamos hace unos meses), comenzó hace poco la campaña Straws Upon Request en la que anima a estudiantes de secundaria a ir a bares y restaurantes para solicitar que sólo pongan pajitas en las bebidas de los clientes que la soliciten.
En Australia, Plastic Free July, de quienes te hablaremos en breve, (July is coming ;) también ha lanzado la campaña The Last Straw que anima a bares y restaurantes a quitar las pajitas de la barra y darlas sólo a aquellos clientes la pidan.
En Estados Unidos, Milo, un niño de 9 años, empezó en 2011 Be Straw Free, creando todo un movimiento en su país alertando sobre el uso indiscriminado de las pajitas.
En Reino Unido, StrawWars tiene (además de un nombre del que ya somos fans) un directorio de bares y restaurantes donde no se sirven pajitas.
En Medellín, Colombia, hace apenas tres meses lanzaban Mejor sin pitillo y ya ha sido todo un éxito, siendo los bares y restaurantes los que se ponen directamente en contacto con la organización para descargar sus flyers y carteles y decir que ellos ya no usan pitillo. ¡Si es que es para estar orgulloso!
Y así podríamos seguir hasta… nuestro país. ¿Qué pasa aquí? ¿A nadie le importa nada? En nuestra ciudad también hay sitios como el que te describíamos arriba: muy verdes, muy orgánicos, amigos del residuo cero que no paran de subir fotos a instagram de zumos súper naturales con su pajita correspondiente dentro. Un día les llamamos la atención sobre el uso de las pajitas y nos respondieron con un tono un poco ofendido, que por supuesto sus pajitas eran biodegradables. No vamos a entrar en el tema de los plásticos biodegradables, pero ¿sólo porque sean biodegradables hay que usarlas a diestro y siniestro? ¿Eso hace que no sean un producto completamente innecesario que consume recursos, energía y genera residuos? Además, ¿por qué se da por hecho que a todo el mundo le gusta beber sorbiendo de un tubo?
Así que si necesitas usar pajitas (cañitas, pitillos, absorbentes, bombillas, cañas, sorbetes, carrizos, sorbetos, popotes o calimetes) por cuestiones de salud o simplemente porque te vuelve loco tomar tus bebidas así, te animamos a que te hagas con una de un material más amigable que puedas reutilizar el resto de tu vida. Las puedes encontrar de centeno, bambú, cristal e incluso de acero inoxidable.
Hoy no te vamos a pedir que hagas ningún esfuerzo, ni pequeño ni grande, sencillamente te vamos a pedir que seas consciente que ese pequeño tubo de plástico que te ponen sin solicitarlo, innecesario, que la mayoría de las veces ni utilizas, está contaminando y causando daño a muchos animales. Así que la próxima vez que pidas un zumo, cóctel o una bebida, al mismo tiempo digas “sin pajita, por favor”.
14 comentarios
Hola! Desde hace un tiempo tengo interés en investigar sobre este tema. Tomo zumo de limón con agua todas las mañanas y uso una pajita para no dañar los dientes y aunque lavo las pajitas, no me gusta mucho la idea…
Investigando en los enlaces que nos pasáis he encontrado este otro, hechas con centeno y más económicas que las demás!
http://www.conasi.eu/pajitas-ecologicas/1309-pajitas-ecologicas-de-centeno-cortas.html
Hola Jara,
¡Qué curiosas! No las conocíamos, las añadimos a la entrada para la gente que no lea los comentarios.
En cuanto a lo del precio es relativo, éstas son desechables, las otras son «para toda la vida», así que depende del uso que les des ;)
Millones de gracias Vivir Sin Plástico por la referencia a nuestras Pajitas de Bambú. Nosotros las utilizamos en casa y son comodísimas, se limpian muy fácil, viene una mini escobilla con el kit de pajitas para ayudar a su limpieza y es súper agradable beber con ellas. Os dejo también el link al post en el que hicimos una recete de Gin Lemonade con un toque de perfume que ¡se puede beber! y nuestra pajitas de bambú reutilizables. http://www.madeintribe.com/blog/receta-de-gin-lemonade-con-perfume/
Espero que os guste.
Saluditos.
Andrea de http://www.madeintribe.com
¡Hola Andrea!
Conocíamos la limonada con jenjibre, la teníamos fichada para este verano ;) Pero no se nos había ocurrido lo de la ginebra y ¡nos has dejado patidifusos con lo del perfume! Habrá que probar.
¡Un abrazo!
A mi peque de 4 años le encanta beber en pajita, así que hace unos meses compramos pajitas de acero inoxidable en casa. La semana pasada mientras bebía su batido en el parque, se le acerco una niña y mi hija le dijo, «Yo uso pajitas de metal, para no dañar a los animales». No se imaginan mi cara de asombro y admiración!!! Me la comí a besos!!!
Nuestras acciones pueden ayudar a que las próximas generaciones lo hagan mejor!!!
Hola Natalia,
¡Qué graciosa tu hija! Y cuánta razón tienes, lo más importante es enseñar a los niños a cuidar el medio ambiente. No podemos seguir así.
¡Un abrazo!
Hola, Patri y Fer:
Os he descubierto hoy y creo que he leído el blog entero, del primer post al último. Os doy la enhorabuena por vuestra iniciativa y admiro vuestro valor para llevarla adelante. También os doy las gracias porque vuestro blog es verdaderamente inspirador.
A mí me pasa lo mismo que Fran comenta en uno de los post del principio. Soy una persona concienciada y trato de vivir de una manera sostenible y respetuosa con el medio. Pero en los últimos tiempos me he relajado, en parte por esa sensación de batalla perdida (tan nefasta), en parte por comodidad y pereza.
Vuestro ejemplo ha sido un revulsivo y voy a volver a prestar más atención a los envases.
Muchísimas gracias.
Laura
P.D.: Si no lo habéis leído, os recomiendo el libro «No impacto man», de Colín Beavan. También hay documental.
Hola Laura,
No sabes cuánto nos alegra haberte ayudado a dar el «empujoncito». A veces es fácil dejarse llevar por la comodidad, a nosotros nos pasa a menudo, pero ya verás como en cuanto empieces a reducir envases, se volverá un poco adictivo.
Es cierto que sin darnos cuenta poco a poco nos vamos relajando y nos olvidamos de nuestros principios, como bien dices por pereza o por la sensación de batalla perdida, pero si eres una persona concienciada sólo hace falta algo que te «despierte» de ese letargo. Ya verás. Yo, Fer, por lo menos, tuve esa sensación. Es importante no dejarnos llevar por la rutina, o por la apatía, a pesar de que puede costar un poco, Y aunque a veces te puedas sentir tan insignificante como una gota en mitad del océano, te vas a empezar a sentir mucho mejor, más que nada porque tus acciones van de estar en consonancia con tus pensamientos.
Haciendo pequeños cambios en el día a día, un cambio te va a ir llevando a otro y sin darte cuenta en unos meses no vas a reconocer los hábitos que tenías. Esto por lo menos me está pasando a mí. Y espero que me siga pasando, que hay mucho por mejorar.
Vimos el documental, pero no hemos leído el libro, nos lo apuntamos ;)
¡Un abrazo!
¿Algún consejo sobre sensibilización infantil? Mi hija de casi cuatro años se porta bien en casa porque no hay otras opciones pero fuera se Pirra por las botellas de plástico de princesas, animales, chucherías con juguetes… en fin, lo que en casa no ve, es lógico y no sé bien cómo concienciarla
Hola Bea,
La verdad es que no tenemos niños pero imaginamos que igual que le explicas que no puede hacer otras cosas cada vez que sale de casa le puedes explicar esto. Heather Hitzla, a la que entrevistamos hace unos meses, da charlas de concienciación en colegios e institutos y nos contó en la entrevista que cuando los niños aprenden el daño que pueden hacer los globos, por ejemplo, a los animales, son ellos mismos los que quieren dejar de usarlos. Quizás también puedas ayudarte de cuentos y películas que traten el tema del respeto y el amor por la naturaleza. Hay blogueras como La ecocosmopolita que es madre muy concienciada y que tiene una lista de libros infantiles sobre medio ambiente.
Y en breve publicaremos una entrevista en con Rebecca, fundadora de Plastic Free July, en el que también hablaremos sobre el tema de la concienciación infantil.
En fin, sentimos no poder serte de más ayuda, ya nos contarás qué tal,
Un abrazo.
[…] unas semanas te hablábamos de las pajitas y de las diferentes campañas que hay a nivel mundial para reducir o eliminar su uso y hoy te vamos […]
[…] dades impressionants al respecte les trobem a la web Vivir sin plástico. On s’explica com McDonadls utilitza 60 milions de canyetes al dia arreu del món, per […]
Excelente publicación! Vamos a ver qué podemos hacer desde Buenos Aires. Saludos!
¡Hola Analia!
Muchas gracias. Puedes ponerte en contacto con las fundadoras de la campaña Mejor sin pitillo e importarla a Argentina. ¡La unión hace la fuerza!
¡Un abrazo!